Un problema más que heredará la próxima administración será el tema de los parquímetros.
La tarde del martes 7 de octubre, el alcalde Juan Martínez anunció la cancelación de la compra de nuevos aparatos y refacciones para los parquímetros en Córdoba, argumentando inconsistencias en la autorización para llevar a cabo la renovación de las máquinas.
La propuesta fue votada en sesión de Cabildo, con el voto en contra de la regidora séptima, Leticia Luz López.
La compra estaba programada desde el primer trimestre del año, cuando en sesiones de Cabildo —junto con el patronato— se había decidido destrabar la situación para proceder con la adquisición. Sin embargo, el Ayuntamiento argumentó que las personas que votaron a favor en aquel momento no tenían personalidad jurídica para hacerlo, motivo por el cual se presentó ahora la cancelación de la compra.
El monto estimado era de alrededor de 8 millones de pesos, pero con esta decisión ya no se podrá concretar la renovación. Por lo tanto, los ciudadanos cordobeses, turistas y visitantes del centro deberán seguir enfrentando la falta de aparatos para realizar sus pagos, ya que muchos parquímetros han sido retirados o están fuera de servicio.
Ante la frustración de los usuarios, varios equipos han sido vandalizados, reflejando el enojo que genera no poder pagar el servicio y el temor a que les coloquen las llamadas “arañas” en sus vehículos, cuyas multas superan el gasto que normalmente destinan a sus compras.
Al respecto, la regidora Leticia Luz López consideró que, mientras no existan condiciones adecuadas para que los ciudadanos realicen sus pagos, el cobro de los parquímetros debería suspenderse por lo que resta del año. Señaló que resulta injusto que, sin haber máquinas disponibles, los inspectores continúen aplicando sanciones.
La situación revela una vez más la falta de planeación y la ineficiencia del gobierno municipal, que mantiene a Córdoba en un estado de rezago. La paciencia de los ciudadanos parece llegar a su límite.
El alcalde y los regidores deberán proponer un mecanismo urgente para retomar la compra de los equipos, pues actualmente resulta casi imposible pagar el servicio. Las inclemencias del tiempo agravan el problema, ya que muchos usuarios tienen que caminar dos o tres calles para encontrar un parquímetro en funcionamiento.














