Desde hace unos años, los videojuegos de ejercicio o exergames han mostrado ser una forma de ejercicio eficaz para mejorar la cognición en adultos mayores con problemas cognitivos o incluso de demencia, ya que son una alternativa de bajo riesgo y carecen de efectos secundarios indeseados.
Ahora, dos nuevos estudios comprobaron que este tipo de juegos promueven cambios cerebrales físicos en pacientes con trastorno neurocognitivo leve, una condición que se estima afecta a entre el 10 y 20% de las personas mayores de 65 años.
En palabras de Patrick Manser, autor principal del estudio como parte de su tesis doctoral: “El entrenamiento basado en juegos no solo mejoró el rendimiento cognitivo de los participantes del estudio, sino que también medimos cambios significativos en sus cerebros”.
Mejora y cambios estructurales
El primero de los estudios sirvió para corroborar lo que el equipo del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich (ETH Zúrich por su sigla en alemán) había descubierto en 2021: que el uso de los exergames conllevaba mejoras significativas en el rendimiento cognitivo, en particular la memoria, de quienes participaron en el entrenamiento.
Las mejoras no solo fueron medidas en el laboratorio, sino que también fueron perceptibles en la vida cotidiana de las personas voluntarias, por ejemplo, al comprar, conversar o lidiar con el estrés. Los participantes del estudio informaron sentirse más en forma, más lúcidos y más seguros de sí mismos.
Por el contrario, los participantes del grupo de control, que continuaron con sus terapias habituales, experimentaron un empeoramiento de su condición, lo cual coincide con la progresión típica de quienes padecen la enfermedad.
En el segundo estudio, el equipo de investigación descubrió que el volumen del hipocampo (una región cerebral clave para la memoria) y del tálamo aumentó en quienes participaron en el entrenamiento. También observaron efectos en otras áreas, como la corteza cingulada anterior y la corteza prefrontal.
Por su parte, en los participantes del grupo control el volumen de estas áreas de la corteza cerebral disminuyó.
“Estas regiones desempeñan un papel importante en las enfermedades neurodegenerativas. La reducción del volumen del hipocampo se considera incluso una característica temprana de la demencia”, explica Eling D. de Bruin, investigador en el ETH de Zúrich y líder del proyecto.
Para Bruin y el equipo de investigación, el hecho de que los cambios estructurales se pudieran medir después de sólo 12 semanas, incluso en personas que mostraban los primeros signos de demencia, es una prueba impresionante de la plasticidad cerebral.
“Nuestros resultados nos dan confianza para el futuro. Sin embargo, demostrar si el entrenamiento personalizado basado en juegos puede retrasar o incluso prevenir el desarrollo de la demencia requerirá estudios en los que los participantes entrenen durante más de tres meses. Ya existen planes para proyectos de este tipo”, afirma de Bruin.
Fuente: Latinus














