En un acto de inconformidad que refleja el creciente malestar dentro del sector salud, trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), Sección 26, realizaron esta mañana una manifestación en la Jurisdicción Sanitaria Número 7 de Orizaba, donde denunciaron presuntos abusos laborales y exigieron la destitución inmediata del jefe jurisdiccional, Mauro Vásquez Flores, así como de la administradora Paola Elena Villicaña Vázquez.
Los manifestantes señalaron que ambos funcionarios han incurrido en actos de prepotencia, hostigamiento laboral y decisiones arbitrarias que afectan directamente a la base trabajadora, generando un ambiente tenso e insostenible.

“Estamos cansados de los malos tratos y de que se vulneren nuestros derechos como trabajadores de salud. Exigimos respeto, condiciones dignas y la destitución de quienes han abusado de su poder”, expresaron algunos empleados durante la protesta, portando cartulinas y mantas con consignas en defensa de sus derechos.
A pesar de la manifestación, los servicios médicos y administrativos continúan operando con normalidad en los distintos departamentos de la jurisdicción, con el propósito de no afectar la atención a la ciudadanía ni interrumpir los servicios esenciales. Las puertas del edificio permanecen abiertas.
Los trabajadores advirtieron que, de no ser atendidas sus demandas, podrían radicalizar sus protestas en los próximos días, sin descartar la posibilidad de un paro total de labores en las unidades médicas adscritas a la jurisdicción, aunque aclararon que los servicios de urgencias se mantendrán disponibles para la población.
Mientras tanto, en Córdoba, a partir de las 10:00 de la mañana, trabajadores del sector salud también iniciaron un paro de brazos caídos en todas las jurisdicciones, incluyendo la Jurisdicción Sanitaria Número 6.
En el Hospital General de Córdoba, el personal se sumó a esta acción, aunque se mantienen guardias activas en distintas áreas para no afectar la atención médica.
Estas movilizaciones simultáneas reflejan la creciente inconformidad dentro del sistema de salud estatal, donde los trabajadores exigen respeto a sus derechos laborales, un alto al hostigamiento y mejores condiciones de trabajo.














